Carlos Alsina: «En la radio actual se arriesga poco»

por Daniel Arribas

Tiempo de lectura: 18 minutos

Son las once de la mañana y Carlos Alsina (Madrid, 1969) ya lleva cinco horas delante del micrófono. Se nota con fiebre, pero con ánimo para afrontar la recta final de ‘Más de uno‘. «Vamos, que no queda nada», sostiene. Lo que le queda por delante son muchas horas de preguntas con los medios y algún sándwich frío.

El reloj marca las doce y media cuando termina ‘Más de uno’. Veinte minutos después, tras la primera entrevista filmada, el presentador llega al almuerzo organizado con la prensa. Sentado en el centro de una mesa interminable, Alsina escucha todo con atención. No es de los que pide que le recuerden la pregunta en mitad de su respuesta. Se explaya y responde a todos los compañeros calmado, puliendo su argumento. Lo hace con un humor fino y una voz radiofónica que le acompaña las 24 horas del día. Un día que para él empieza a las 3:45h de la madrugada, cuando todos dormimos.

Pregunta: A diferencia del curso pasado, ‘Más de uno’ tiene un solo presentador.¿Cómo valora la acogida del nuevo formato?

Respuesta: ‘Más de uno’ lleva tres años y medio, y el nuevo formato solo dos meses. Es un poco prematuro analizar. Las sensaciones que tengo es que el programa es sólido y que nos permite afrontar el futuro con seguridad. El equipo está perfectamente capacitado y el formato se engrasa con el paso del tiempo. Creo que la unión de los dos tramos, que es la principal novedad de este año, es una buena noticia. El programa tiene una personalidad única. Todo el tiempo está el mismo equipo y el mismo presentador (de 6:00h a 12:30h). Notas que se va encajando. Queremos informar y entretener. En la segunda parte sobre todo aprender, tomarnos las cosas con cierta relatividad. No nos gusta dramatizar ni solemnizar cuando no hay que hacerlo. No queremos decirle a nadie cómo ser un buen ciudadano. El balance, por ahora, es muy positivo.

P: Entonces, ¿cómo surgió la idea de compartir la mañana con Juan Ramón Lucas?

R: Lo de la mañana partida… Me dices hace tres años que me tengo que poner a hacer las seis horas y media, y me muero. Por aquel entonces eran menos horas. (Carlos Alsina no había dejado de dirigir ‘La Brújula’ cuando comenzó su etapa en ‘Más de Uno’). La razón principal fue esa y también contar con Juanra, sobre el que existía un desaprovechamiento profesional tremendo. Tener a Juanra sin micrófono era imperdonable. Se juntaron esos dos elementos y se decidió hacerlo así.

P: Por ideología o línea editorial se tiende a comparar sus números con los de ‘Herrera en COPE’. ¿Se fija mucho en la competencia?

R: Para mí, nuestros competidores son todos. Es verdad que te sale pensar en Carlos (Herrera), pero no miramos menos a la SER. Quizás sí a RNE, por no ser comercial. Creo que SER, COPE y nosotros partimos en igualdad de condiciones. Porque a mí, el aspecto ideológico… Me pesa poco. Creo que hay tantos elementos que llevan a alguien a elegir un programa de radio que centrarnos solo en lo ideológico distorsiona la realidad. Estoy seguro de que hay oyentes que por las mañanas turnan entre Pepa (Bueno), Carlos (Herrera) y nosotros.

P: ¿Cómo lleva su nuevo horario?

R: Es difícil sobrevivir. Hasta que no te pones, no sabes la dificultad que conlleva. Yo llevo mil años en esto y hasta que no empiezas a hacer un programa a una hora determinada -teniendo que organizar tu vida en función de esa hora- no sabes muy bien cómo vas a funcionar. La gente puede decir que estás muy testado ante el micrófono y que no hay ningún riesgo, pero hasta que no te pones no sabes hasta dónde llegas. Con este nuevo formato mi principal temor era si físicamente iba a aguantar bien. Ahora, con más criterio que antes, te puedo decir que no es nada fácil. Físicamente te exige aún más.

P: ¿Cómo repercute a su programa la competencia con la televisión?

R: Me sé los datos del EGM un poco por encima, pero no creo que las televisiones nos hayan quitado mucha audiencia. Si te fijas, en la radio a partir de las 10h hay más entretenimiento y en la televisión es un poco distinto, entrevistan a los políticos más tarde, de 11h a 13h. Supongo que nos hemos especializado, porque la audiencia está distribuida. No noto que la radio haya salido perjudicada de esa competencia.

P: ¿Ni siquiera a la hora de conseguir protagonistas?

R: Sabemos que esto es como una rueda. Carmen Calvo ha estado esta mañana conmigo, y sabemos que hasta dentro de seis meses no va a volver. Sí se podría decir que la competencia con las televisiones ha complicado el trabajo de producción del programa. Hace más difícil tener al protagonista del día en la radio. Siento que antes había más paz en ese sentido.

«Para hacer esto hay que tener unas condiciones especiales»

P: En esa especialización que comenta, ¿qué es lo más diferencial que tiene ‘Más de uno’? Ya no solo de cara al oyente, sino también para los propios entrevistados.

R: Con los entrevistados que vienen a la segunda parte se produce algo curioso, y es que la idea que tienen de una entrevista conmigo es Rajoy, Susana Díaz, etc. Entonces, vienen como pensando a ver este qué va a querer de mí. Y luego ya eres tú el que les preguntas lo que quieras. Yo creo que en la segunda parte del programa más que entrevista hay conversación. En cambio, la primera parte es más entrevista (gestualiza con especial contundencia), más exigente para el entrevistado, que suele ser una persona con responsabilidad pública. Es distinto para mí, pero sobre todo para el entrevistado, porque si tiene un cargo público o tiende a ser examinado en su gestión diaria, entiendo que la exigencia no es la misma.

En cuanto a lo que queremos que identifique al programa… (Piensa). Yo creo que por un lado la filosofía del producto: nos lo queremos pasar bien, pero queremos aprender, pensar y descubrir cosas; también la actitud y el invitar a los oyentes a que jueguen un poco con nosotros. Queremos introducir elementos que estaban un poco desaparecidos en la radio. Te pongo un ejemplo: si tú traes a un escritor que está promocionando una novela, lo tradicional es que te cuente de qué va la novela. Nosotros queremos que eso vaya después, tenemos que encontrar la manera de que el oyente se introduzca en la historia de la que habla esa novela antes de que intervenga el autor. O sorprender a alguien que está escuchando porque empieza a oír algo que no sabe muy bien hacia dónde va. Ahí yo creo que el trabajo de identificación del oyente con quien está haciendo el programa influye. Porque es más fácil cuando compartimos códigos: es más sencillo que a mí me descodifiquen adecuadamente cuando tienen mucho hábito de escucharme que la primera vez. Pero el juego al que invitamos al oyente es a ese déjese usted llevar, déjese sorprender. Que, por otro lado, es lo que más nos cuesta hacer en la parte informativa. Es muy difícil sorprender a alguien ahí. El otro día sin ir más lejos hicimos algo un poco marciano. Conectaba conmigo mismo en el Museo del Prado. Hablaba conmigo y con los trabajadores del museo, se oían los cuadros de fondo… Una marcianada. Fíjate, lo normal es que lo primero que piense el oyente sea esto está grabado, a mí no me engañan; no nos entró ningún comentario que dijese nada de eso, que sería la reacción natural. Los comentarios que entraban eran «qué original», «qué entretenido», «qué raro» (para bien). Esa es la idea. Ensayo-error, ensayo-error.

Carlos Alsina sonrie

Carlos Alsina en el estudio principal de Onda Cero | Fuente: Atresmedia

P: En ese ensayo-error del que habla, ¿qué es lo que no le gusta del programa?

R: El programa está lleno de decisiones mías. Hay días que son acertadas y hay días que no. Y eso sirve también para descartar lo que menos te gusta. Por eso insisto en el prueba-error. Cuando arriesgas con algo, cuando dices vamos a hacer esto a ver qué pasa, yo creo que lo más razonable es aguantarlo una semana. Y a la semana plantearte si está funcionando, porque todos somos muy de intuiciones y de sensaciones, no hay nada científico, pero si no estamos convencidos… fuera.

A mí lo que no me gusta es parar. Tener que parar el programa. Yo quiero que todo vaya muy imbricado. Un ejemplo claro: cuando llega el boletín. Para mí el boletín forma parte del programa. Si de 6h a 9h doy yo las noticias, será porque a mí me interesan mucho. Entonces cuando llega el boletín, a mí me interesa. Queremos que el boletín forme parte del programa, que no parezca algo ajeno. Este es un programa informativo todo el tiempo. Otra cosa es que a partir de las 10h demos prioridad al entretenimiento. Pero no significa que no nos importe la información. En definitiva, creo que hay que encontrar la manera de que el programa no pare nunca. En cuanto paras, se nota que hay que volver a empezar y cuesta. Es un poco evitar la frase de ahora les dejamos con estos de los servicios informativos.

P: ¿Cómo cambia el chip de información al de entretenimiento?

R: Es que no cambio el chip, yo afronto las dos partes con la misma actitud. Lo que tengo claro es qué contenido tengo entre manos en cada momento. No voy a entrevistar igual a Carmen Calvo que a Santiago Posteguillo. Eso sí, me divierte lo mismo polemizar con Carmen Calvo a las nueve de la mañana que entrevistar a Leo Harlem a las diez y media. Me interesan las dos. No hay ningún momento en el que tenga que fingir que me está interesando. Creo que eso sería lo peor. También depende de cómo de amplio sea tu abanico de intereses o curiosidades. En mi caso, el mío es tan amplio que hasta el fútbol ahora me empieza a interesar. Ya se han encargado Rubén Amón y compañía.

P: ¿Por qué ese interés repentino por el fútbol?

R: Me interesa por lo que despierta. Quiero aclarar que yo lo vivo sin ninguna pasión, o al menos una moderada, pero soy consciente de que este país vive con una enorme pasión el fútbol y que si, por ejemplo, destituyen a Lopetegui, se convierte en la noticia del día.

P: Probemos, ¿quién gana El Clásico del domingo?

R: Lo va a ganar el Real Madrid. Aunque si lo gana el Barça no voy a venir apenado de ninguna forma.

P: Cambiando de tercio, ¿se arriesga poco en la radio?

R: En la radio no tenemos esa medida exacta que nos indique si algo funciona o no en el día a día. El EGM llega cada equis meses. Entonces, qué haces, ¿creas un formato arriesgado y rompedor y lo aguantas durante equis meses? Es complicado. Como he dicho antes, nos guiamos mucho por sensaciones. Yo creo que esto es más fácil en televisión, porque al día siguiente sabes qué ha pasado. Para lo bueno y para lo malo. Entonces, yo creo que eso ha llevado a que es verdad que probamos pocas cosas. Por la falta de elementos que nos permiten saber día a día si esto funciona o no. Funcionamos más por costumbre o inercia. Y tiendes a no complicarte la vida.

«El examen importante es hasta qué punto la persona que tengo delante es sincera y coherente en sus argumentos»

P: ¿Hay buenos y malos entrevistados?

R: Yo creo que hay buenos y malos en todo. La cuestión es saber para qué quieres entrevistar a alguien. Para mí, el sentido que tiene entrevistar a un cargo público o a un político, casi siempre es medir la coherencia y la profundidad de sus planteamientos. El examen importante es hasta qué punto la persona que tengo delante es sincera en sus principios; hasta qué punto su trayectoria revela eso o revela lo contrario. Por eso, en realidad yo lo que intento es entender bien sus argumentos. Eso te hace repreguntar mucho, claro. Porque de lo que te dice te surge una curiosidad nueva. O la posibilidad de medir si es coherente con lo que decía hace un año. Por eso, para mí la entrevista exige que el entrevistado se pueda explicar adecuadamente, no impedir que se explique. ¿Eso qué riesgo tiene? Que se enrolle como una persiana. Y ahí es donde te toca impedir que lo haga. Pero del otro lado, el riesgo es que no haya manera de que la persona que has invitado exponga su posición. Creo que depende de lo que esperes de la entrevista. Si al final tú lo que quieres es que la entrevista quede como una pugna o una batalla, estás aspirando a un tipo de entrevista que a mí no me interesa especialmente. Luego está cuando un entrevistado te dice «usted lo que quiere es sacar un titular». Yo no quiero sacar nada más que entender lo que usted está diciendo y saber si lo dice porque realmente se lo cree o porque es lo que le toca decir hoy. Esto en la primera parte del programa. En la segunda parte, como te he dicho antes, más que entrevista yo creo que hay conversación. Y en la conversación el entrevistado tiene que poner un poco más de su parte. No hay malos entrevistados, pero sí hay veces que el invitado tiene poca experiencia y que le cuesta más abrirse a contar su historia. Ahí la labor del entrevistador es que lo haga con naturalidad y sin sentirse incómodo.

P: ¿Qué importancia real tienen las redes sociales?

R: Yo creo que son una pequeña parte de la realidad global. El riesgo que tenemos, sobre todo los que decidimos de qué se habla (portada, contenidos, a quién entrevistamos, etc), es que tenemos la tentación de darle una consideración a Twitter que yo creo que no tiene, que es la de reflejo social. Es el reflejo de la parte de la sociedad que tiene Twitter y que le gusta participar en el debate de esa red social, nada más. Creo que en comparación con la población total de un país debe ser una proporción pequeña.

Tiene cierto riesgo, porque realmente resulta muy fácil. Es que tal asunto es trending topic; parece que eso es palabra de Dios. Te pongo un ejemplo: trending topic a las cuatro de la mañana en Palencia puede ser cualquier cosa que tú y yo nos propongamos ahora mismo. Dependiendo de la hora del día, un trending topic necesita más o menos tráfico. Ese valor real de Twitter es algo que no tenemos todo el tiempo presente. Creo que, ante eso, lo que debes tener presente siempre es el motivo por el que te pagan, que es para que seas tú quien aplique el criterio periodístico que crees adecuado para elegir los temas de los que hablas cada día.

En definitiva, creo que las redes sociales son más influyentes de lo que nosotros deberíamos permitir que fueran. No concibo hablar de algo únicamente porque esté siendo muy comentado en Twitter; me tendrá que, además, parecer relevante.

P: Es un hombre de radio, ¿le gustaría tocar la televisión?

R: Esa es fácil: no. (Sonríe). Es que no sé hacer televisión, no me interesa mucho. Yo me lo paso bien en la radio. Es lo que se me da bien y donde estoy más probado.

Alsina Rajoy Moncloa

Carlos Alsina entrevista a Mariano Rajoy en Moncloa | Fuente: Onda Cero

P: Da la sensación que no quiere pisar la televisión ni para promocionar ‘Más de uno’.

R: Yo creo que ganar oyentes para un programa de radio tiene mucho más que ver con el programa que haces todos los días que con tener notoriedad puntual en una televisión o en un periódico. Los datos demuestran eso. Yo mismo, sin necesidad de promocionarlas en televisión, a raíz de ciertas entrevistas que hemos hecho, me he visto en la televisión todo el día. Sin haber ido yo a ningún plató. Ha pasado con las entrevistas de Rajoy, Aznar, etc. Lo ves en ‘Espejo Público’, en ‘Al rojo vivo’, en informativos, en ‘El Intermedio’… Entonces piensas, hoy hemos debido ganar oyentes porque hemos estado todo el día en televisión. Yo creo que no funciona así. Los oyentes se ganan porque alguien te ha escuchado una vez y le ha gustado, no porque te ha visto en televisión.

Para mí lo importante es saber que tu tiempo es limitado y que, por mucho que físicamente te sientas un Superman, ninguno lo somos. Cuanto más intentes abarcar, más te va a costar. Yo que ahora hago un programa de seis horas y media, en comparación con el anterior formato de cuatro horas, te puedo decir que vitalmente tiene un precio. Tienes un programa de seis horas y media que pretendes que sea pensado, que esté trabajado, elaborado, etc. Eso te lleva un trabajo. Si además quieres ir a un programa de televisión y reunirte todos los días, y hacer no sé cuántas cosas más… Yo temería por ti.

Es verdad que en un grupo (Atresmedia) que tiene televisiones, no es tanto salir a promocionar… Por qué a este señor no le tenemos haciendo algo en TV. Y es verdad que se ha planteado algunas veces a lo largo de los últimos años. Y yo siempre he dicho lo mismo: qué necesidad tienes de ponerme a mí a hacer televisión, que no sé hacerla, nunca la he hecho. Por qué arriesgarte, si hay profesionales que ya lo hacen muy bien. A mí úsame para lo que sé hacer. A eso añádele que la televisión, para hacerla yo, no me llama. Me llama para verla, pero no tengo vocación. Además, me parece complicadísima. Yo en un plató de televisión me siento en un entorno que no es el mío. Me verás cómodo en el estudio de radio, que es mi casa.

«Siempre he rechazado las ofertas de la televisión. No sé hacerla»

P: Pero en la radio tiene un horario difícil de llevar.

R: Hay días que te suena el despertador a las 3:45h y… Los primeros cinco minutos son los peores. Supongo que para todo el mundo, pero cuando te levantas a esas horas, un poco más. Porque en esos cinco primeros minutos te preguntas qué estás haciendo con tu vida. Y, a veces, hasta que llegas a la radio estás maldiciendo. Luego, empieza el programa a las seis y a mí se me pasa todo. Me lo paso muy bien. En los momentos de debilidad creo que es fundamental recordar por qué te dedicas a esto. En mi caso es vocacional, desde pequeño he querido dedicarme a esto. Y creo que tengo suerte, porque como te digo, me lo paso muy bien.

P: ¿En casa es oyente? ¿Escucha a la competencia?

R: En la medida en la que puedo, porque me quedan pocas horas. Pero sí, soy oyente. Realmente tengo poco tiempo para escuchar a la competencia.

P: Pero está enterado de lo que cuentan.

R: Bueno, eso sí. Cuando viene un entrevistado que ha hecho tres entrevistas en las últimas dos semanas intento saber lo que ha contado, para ver donde no se maneja bien o donde le cuesta más. Pero mucho más, no.

P: Dice que el tiempo es limitado, pero tiene las seis horas y media aquí, ‘La Cultureta‘, me consta que tiene algún libro sin devolver… ¿Cómo saca tiempo para todo?

R: Malamente. Yo hago seis horas y media de micrófono, pero llego a las cinco de la mañana aquí y me suelo ir a las dos de la tarde. Entonces luego te da tiempo a llegar a casa a comer y dormir una siesta, porque lo necesitas. Y una vez que te levantas, en realidad ya estás con el programa del día siguiente. Que además ahora tiene la parte de la radionovela. Son muchas cosas. No me gusta describir mucho esto para que no parezca… Porque nos pasa a todos los que tenemos un programa por la mañana. Tienes que tener unas condiciones especiales. Uno no llega ahí por casualidad, porque tiene un nivel de desgaste muy notable. A partir de la media tarde tienes que decidir con qué tema vamos a abrir mañana, cuál va a ser nuestro tema potente, qué entrevista tenemos o no tenemos, si no la tenemos a quién hay que intentar tener, a quién le toca mañana venir a la tertulia, prepararte la entrevista que tienes cerrada, leerte el libro del escritor al que invitas… Todo eso por la tarde, cuando no estás aquí (en el trabajo). Por eso te queda muy poco tiempo para otras cosas.

P: Hablábamos antes de la competencia, ¿cree que Carlos Herrera (COPE) tiene oyentes todavía por recuperar?

R: Quitando la SER, que es un fenómeno distinto en el que el oyente está muy identificado con la marca (afecta mucho menos un cambio de voz que en otras cadenas), el oyente en España es muy del comunicador. También de la cadena, pero sobre todo del que comunica. Cuando Carlos (Herrera) empezó en COPE subió la audiencia en un millón de oyentes. De ese millón, aquí bajamos 700.000 en comparación con lo que tenía él en Onda Cero. ¿Esos 700.000 se han ido con él? Sí, está claro.

P: ¿No existe el oyente compartido?

R: Yo creo que ahora sí. Los datos del EGM al final dependen de lo que responde la persona a la que encuestan. Ahora ya menos, pero en los primeros meses recuerdo que había oyentes que decían que escuchaban a Herrera en Onda Cero, cuando igual Carlos ya llevaba en COPE medio año. Me parece muy natural que por la mañana haya oyentes que estén un rato en cada radio. ¿Cómo mide eso el EGM? No lo sé.

«Me gustaría tener la primera entrevista con Sánchez, pero doy por hecho que la tendrá la SER»

P: ¿Hay lucha de egos en la radio?

R: Yo creo que no. Es más albañilería (ríe). Pienso que entre los que hacemos los programas principales tenemos una relación muy buena. No hay enfrentamiento, sino una rivalidad sana. Está claro que a mí me gusta más subir que bajar. Como a todos. A mí me gusta más tener la primera entrevista con Pedro Sánchez a que la tenga otro, pero doy por hecho que la va a tener la SER. Es rivalidad sana, pero no conozco un caso en el que digas este no puede ver al otro. No hay una competencia agria, sino más bien al contrario, de verdad. Nos llevamos bien. No somos amigos, ni tenemos un grupo de WhatsApp, pero la relación es buena. El año pasado, en el Día Mundial de la Radio, Jordi Basté nos juntó en antena a Pepa (Bueno), Mónica Terribas, (Carlos) Herrera y a mí. E hicimos un pacto en antena que luego ninguno cumplió. Se trataba de convencer a nuestros jefes de que empezar a las seis de la mañana es mucho madrugar. Por qué no empezamos todos a las ocho y así no madrugamos… Ya ves que no ha servido para nada, pero el clima que había en esa conversación es el clima real. Entre nosotros hay un respeto profesional muy evidente.

P: ¿Qué es lo mejor y lo peor del periodismo actual?

R: Lo mejor ahora mismo es la diversidad, la pluralidad de medios y líneas editoriales. Yo creo que nunca ha habido tanta oferta para elegir. Y lo peor es sacrificar la racionalidad o el análisis argumentado de las cosas por una beligerancia que a mí me parece excesiva y muy de bandos, de a ver con quién tengo que ir yo. A mí eso me parece poco útil para quien te escucha.

P: ¿De la objetividad ya no hablamos?

R: Bueno. Yo es que creo en la honradez profesional y en la argumentación de lo que dices. El tema de la objetividad… Tú tienes tu punto de vista y tienes todo el derecho, incluso la obligación, de exponerlo y de explicar por qué lo ves así. Y esta segunda parte creo que es donde más se flojea.

P: ¿Qué le parecen los cambios en RTVE?

R: Lo que pasa siempre en España cuando cambia el Gobierno. El día que realmente podremos decir que la Radio Televisión pública está al margen del gobierno de turno será el día que cambie el partido que gobierna y no cambie nadie en la Radio Televisión pública. Te digo más: el día que el gobierno de turno ponga a dirigir la Radio Televisión pública a alguien que no es de los suyos. Ese día me sorprenderá el ejercicio de independencia, pero me parece que no lo veremos nunca.

P: Ya para terminar. ¿Por qué no se suele prestar a entrevistas?

R: Porque el periodista soy yo. A mí lo que me gusta personalmente es entrevistar a quien me parece interesante, no que me entrevisten a mí. (Se para a pensar). Es que suena un poco a falsa humildad lo de no creo que yo sea interesante. A mí me gusta hacer las entrevistas yo. Ser el entrevistado no es que me incomode, es que no tengo el hábito de ser el protagonista de nada.

 


Transcripción del encuentro que Carlos Alsina mantuvo con los medios de comunicación el 25 de octubre de 2018 en la sede de Atresmedia (S.S. de los Reyes)

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