Cómo sobrevivir a unas prácticas en EL MUNDO

por Daniel Arribas

Tiempo de lectura aproximado: 4 minutos

Pienso estas líneas conduciendo de vuelta a casa. Es domingo, las calles están semivacías y la noche estival ya cubre por completo Madrid. Acaban de terminar mis prácticas en EL MUNDO. Intento restarle importancia, pero me da muchísima pena. Tanta, que hasta a mí mismo me sorprende. Volverás, me digo (no sin ciertas dudas).

Esto me lleva al primer consejo que te voy a dar, quizás el más obvio: Aprovecha cada momento. Da igual si tus prácticas son aquí, en el periódico de tu pueblo o en el Financial Times, vas a aprender algo todos los días. Preocúpate el día que no lo hagas.

Yo he tenido momentos malos, en los que incluso te diría que me he aburrido. Pero sumándolos todos no llegan al 5% del total. ¿Y sabes qué? ¡También se aprende de esos ratos! ¿Cómo? Muy fácil. Mirando a tu alrededor y pensando cómo has llegado a aburrirte en un sitio así. Un lugar que hace unas semanas tenías idealizado. ¡Qué narices! ¡Sigues teniéndolo! Ya tendrás tiempo para convertirlo en rutina.

He llegado a oír barbaridades de compañeros becarios. «A esta hora siempre me pongo en modo siesta«; como llevar un cartel en la frente que diga: «Por favor, no me contrates». También he escuchado perlas de los periodistas contratados. Y aquí me quiero detener. Que no te engañen. Hay trepas en todos lados. La redacción de un periódico es más parecida al mundo real de lo que piensas. No esperes encontrarte a Premios Pulitzer en cada esquina. Como en todo, hay gente buena y no tan buena. Personas que te van a ayudar y personas que te van a mirar por encima del hombro. Pégate a las buenas. Las vas a detectar muy rápido.

Esto me lleva al siguiente consejo: Habla, pero sobre todo escucha. Escucha mucho. Solo así vas a poder aprender. Gran parte del tiempo que he estado con los ojos clavados en la pantalla del ordenador, mi cabeza estaba en conversaciones ajenas. Qué cotilla, pensarás. Yo prefiero pensar que he estado atento. Gracias a ello he contemplado broncas, discusiones, charlas e incluso consejos que no hubiera escuchado en caso de estar editando la noticia que tenía delante.

Escuchar es crucial, pero que no se te olvide hablar. No peques de tímido. Yo lo hice los primeros días (incluso parte de los últimos) y me arrepiento de ello. Es cierto que va en tu forma de ser, pero haz un esfuerzo. De lo integrado que estés en tu mesa de redacción dependerá el número de conversaciones que tengas. Y ya sabes, de cada conversación puedes aprender algo. Te lo digo por experiencia.

Otro aspecto importante: ¡Equivócate! Aprende a base de errores. De todos ellos. Desde ir en pantalón corto a la redacción (un saludo, Iñaki) hasta irte a casa sin dejar la portadilla programada. Aprenderás de ellos, porque son fallos que vas a cometer. Todos los tenemos y quien te diga que no te está mintiendo.

Pregunta. Pregúntalo todo. Échale cara. ¿Qué puede salir mal? Como mucho, que pases treinta segundos de vergüenza… ¿Y? ¿Qué es eso en proporción a todas las horas que vas a estar allí? En estos dos meses me he dejado algunas preguntas sin hacer. No llenan ni los dedos de una mano, pero te aseguro que me da rabia no haberlas hecho.

Para ir acabando, que ya me estoy extendiendo.

– El menú del comedor no es tan malo como te lo pintan. Comes bien por 6,95 euros.

– El agua fría y el café te salvarán de más de un momento en el que se te caigan los ojos.

– Duerme bien, lo notarás el día que no lo hagas.

– Cómprate unas lágrimas artificiales; no las has usado en tu vida, pero te van a venir genial ante tantas horas delante de la pantalla.

– El día de la presentación, cuando salgas de la reunión, dale la matrícula de tu coche a los guardias de seguridad del edificio; te servirá para meterlo en el aparcamiento.

– Ese mismo día te darán la tarjeta con la que vas a entrar a Unidad Editorial. No pierdas tiempo sacándola cada vez que llegues al torno. Te la lee pasando la cartera, sin más. (Sí Julián, esto también va por ti).

– El primer día llévate una libreta. Vas a apuntar cosas que consultarás hasta el día que te vayas. Y no, no te hablo de sabios consejos periodísticos; sino de pautas muy útiles como las medidas que usarás editando o las rutas para llegar a ciertas carpetas.

– Aprende a usar el mayor número de programas posible. Quay, Millenium, Editor, BeFunky… Te sonarán a chino el primer día, pero vas a cogerle el truquillo a todos.

– Intenta terminar tu tarea lo más rápido que puedas. Sea cual sea. Esto te hará tener tiempo para hacer otras cosas y, por ende, aprender más.

– Ofrécete a todo. El no ya lo tienes.

– Coge todos los periódicos que quieras al entrar a la redacción. Están todos, desde El País hasta el Corriere della Sera. ¡Ah! Y hazlo al entrar. Si esperas a hacerlo cuando te vayas, muchos habrán volado.

Llevo un rato pensando y creo que no me dejo nada. Aunque, para qué engañarme, en realidad me dejo todo. Dos meses no se pueden resumir en unas líneas. Por mucho que lo haya intentado.

Gracias a David, Yaiza, Ildefonso, Leyre, Ángel, Negre, Martín, Paco, Iñaki, Isabel, Marifé, Rodrigo, Hugo, José Luis, Sara, Carlos, Cristina, Nacho, Layla… Y seguro que me dejo a varios. Volveremos a vernos, estoy seguro.

Hasta entonces.

Un comentario en “Cómo sobrevivir a unas prácticas en EL MUNDO

Deja un comentario